"Volar debería ser mucho más divertido". Parece una observación muy simple, pero estar aplastado entre los estrechos asientos y el mal catering de las aerolíneas comerciales fue el detonante de The Aviation Factory. Es el año 2000. El año en que el bicho del milenio cumplió lo prometido e hizo que volar volviera a ser placentero.
Con gran entusiasmo y conocimiento del mundo de los jets privados, dos socios unieron sus fuerzas. Con contactos en todo el mundo y tanto conocimientos como experiencia operativa en el sector de la aviación; cuando la oportunidad llamó, abrieron la puerta. Dándoles la oportunidad de hacer que volar volviera a ser divertido con vuelos chárter, jets privados y servicios de aviación personalizados. Como siempre debió ser.
En el aletargado sector de la aviación, The Aviation Factory es la gacela veloz y grácil. Somos la conexión entre peticiones únicas y posibilidades infinitas. Ninguna petición es demasiado. Ningún reto es demasiado grande. Los más de 3.000 vuelos anuales en todos los continentes son prueba de ello.
“No matter what, we go the extra mile, so you can make the difference."
Movemos a la gente. Literal y figuradamente. Ésa es nuestra misión. Haciendo que volar vuelva a ser emocionante, aventurero y divertido. Respondiendo con rapidez a las tendencias y peticiones. Hacemos que el tiempo sea relativo y el mundo accesible: pura libertad flotando sobre las alas.
Las soluciones prefabricadas es mejor dejárselas a otros. Preferimos encontrar soluciones únicas para peticiones únicas: personalización en el aire. Y si a veces la gente nos mira un poco raro, que así sea. Desde bocados personalizados como aperitivo hasta un concierto de su grupo favorito a su llegada.
Es sencillo: si vuela, lo hacemos realidad. Desde un jet privado a un jumbo, desde un Concorde a un dirigible... y si nos lo pides muy amablemente, incluso (b)Limp Bizkit es una opción. O en palabras de Jenna Jameson y Ron Jeremy: hacer que despegue es nuestra profesión.
Al espacio y más allá. No sabemos si será así ni cuándo. Pero cuando llegue, estaremos a bordo. Porque podemos, porque debemos. Sí señor, si depende de nosotros, le llevaremos a la luna. Y de vuelta. Justo a tiempo para su próxima cita con la historia.
La aviación realmente acaba de empezar y cada día hay nuevas y emocionantes oportunidades. Y eso es absolutamente fantástico. Acogemos las nuevas tecnologías con entusiasmo infantil y una imaginación desbordante. Ya sean drones o globos aerostáticos en la estratosfera: La Fábrica de Aviación tiene asientos en primera fila. Ayer, hoy y mañana.